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Sobre el amor romántico (o algo así)

Hace unos días estaba yo por Facebook cuando me encontré con una publicación que, a mi juicio, era una mezcla entre algo creepy y machista. Me quejé, porque me quejo siempre y se me da genial de la muerte quejarme. Ojalá me pagaran por quejarme porque probablemente sería multimillonaria. Antes que nada lo suyo sería colocar la imagen. Me gustaría acreditar de quién es, porque es lícito conocer el origen de una fuente pero, por desgracia, en el post original no figuraba de dónde procedía.

La obra de la discordia.

La primera cosa que me enervó fue que apareciera como foco principal de interés el cuerpo de una mujer desnuda, con amplios atributos sexuales, que estaba expuesta para ser dibujada. Generalmente en este tipo de cosas siempre colocan a mujeres, porque somos objetos de contemplación. De igual forma que la perspectiva, si os fijáis, es masculina. El ángulo de la cámara nos incita a verlo todo desde el punto de vista del chico; nosotros somos él y las dos mujeres son, como apunté antes, el objeto de contemplación. 

El tipo, al que vamos a llamar Rodrigo, está dibujando a una compañera de clase: Diana. No sabemos quién es pero por lo alejada que está de Rodrigo podemos deducir que no son cercanos, ya que si lo fueran compartirían un lugar próximo del aula. De esto, podríamos asumir que él la idolatra en secreto; que le parece guapa o que está enamorado. Y entonces la dibuja. A partir de aquí, para mí entraría el primer punto a tratar: ¿Está Rodrigo acosando a Diana? En mi publicación original de Facebook la mayoría de gente saltó a decir que no pasaba nada por dibujar a alguien sin su consentimiento y que así era como se habían producido grandes obras de arte. 

Tengo una idea al respecto que, a mi ver, va a ser de las que más polémica levanten. Rodrigo sí está acosando a Diana porque Diana no sabe que la dibuja. Tú acosas a alguien cuando esa persona no te da el consentimiento para involucrarte con ella; ya sea seguirla en la calle, por ejemplo, o mirarla indiscriminadamente en el metro. Tomarte ciertas libertades sobre el espacio personal o intimidad de una persona, entra dentro del eje de acosar. Aunque Diana no sepa que Rodrigo la está dibujando, eso sigue siendo acoso. Rodrigo no ha pedido permiso a Diana para dibujarla y, por tanto, no tiene el derecho de tomarse tales confianzas.

El hecho de que hayan grandes obras de arte que se hayan producido así, no justifica que eso esté bien. Hasta hace poquito estaba legalizada la pena de muerte en casi todo el mundo ¿He de asumir que por eso estaba bien matar? Si tú dibujas a alguien, debes de pedirle permiso y esa persona tiene el derecho de saber que la dibujas. Quizá haya gente a la que le dé igual que lo hagas, pero existe cierto sector de la población que se va a sentir vulnerable e intimidado entorno a ello y, por tanto, debes de respetar su derecho a decirte «No». El hecho de que no sepan que les dibujas, sigue sin justificar que lo hagas. Y el hecho de que haya fotografías o cuadros que sean geniales cuyos artistas hayan actuado así, no justifica que esté bien.

Además, está curioso el asunto de que Rodrigo en lugar de estar haciendo el trabajo de clase (que asumo yo que será de anatomía) dibuje a una tipa a la que ama en secreto y stalkea por todos lados. ¿Os imagináis que el profesor les pide el trabajo y que él, en lugar de hacer lo que les ha encomendado, le presente eso? Bastante estúpido, el asunto. También me gustaría mencionar el hecho de que muchas veces creemos que automáticamente querer a alguien nos da libertades para vulnerar su intimidad e, incluso, reusarnos a que nos rechace. Amar a una persona no casa con intimidarla, invadir su espacio personal u obligarla a que nos dedique cariño.

La segunda cosa que quizás más me moleste es la dicotomía entre mujer sexual o sexualizada frente a mujer tímida o casta. Nuestro querido Rodrigo prefiere a la mujer tímida, compañera suya de clase, porque ella se hace «más de valer». Ergo, Diana no es como la puta que se desnuda delante de una clase entera. El autor, de manera consciente o inconsciente, tiene una visión de lo femenino muy misógina. Desvaloriza a una mujer frente a otra simplemente por su desnudez. 

Esta imagen refleja muy bien la presión que sentimos las mujeres en dos ámbitos: el sexual y el romance. En el sexual porque, como he apuntado antes, debemos de cumplir el estereotipo de tímida/casta/virgen delante de un tipo (tener poco sexo para no ser una fresca) y en el romance porque nosotras somos el objeto sexual, nunca el sujeto. Nosotras somos objeto de contemplación, cosa que se ve claro en el ángulo de cámara: Rodrigo contempla, Rodrigo juzga, Rodrigo ama. Importa que a Rodrigo le gusta Diana y la dibuja; los deseos de Diana o lo que piensa quedan relegados a un segundo plano. La visión del consentimiento, como mencioné antes, también es clara: Rodrigo dibuja a Diana sin su permiso. Con esto, me pregunto: ¿A Rodrigo le importa la opinión de Diana? ¿Aceptaría Rodrigo como respuesta un «No» de Diana?

Por estas razones, interpreto esta imagen como algo bastante machista, creepy y de mal gusto. Para deducir estas cosas me he basado en el concepto de amor romántico y en la concepción que tenemos de la desnudez de una mujer. Hago hincapié porque ya en la publicación que hice de Facebook me expusieron que no me basaba en nada. Me baso en nuestra sociedad; en las ideas que de manera indirecta (y directa en algunas ocasiones) nos inculcan desde que somos pequeños. Cierto es que todo es relativo y que pueden haber diferentes puntos de vista que difieran en lo que diga de este dibujo. Por eso os recalco que lo estoy analizando dentro de una perspectiva de género.

Espero que os haya gustado el post; tenía mucha ganas de compartirlo con vosotros. 
Os mando desde aquí un besi de unicornio.

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